¿Luz en el trabajo causando accidentes? ¡Es real!
- Luis Escalante
- 5 nov
- 4 Min. de lectura

La iluminación en el entorno laboral es un factor ambiental vital, frecuentemente subestimado frente a otros elementos de seguridad, a pesar de que una mala calidad lumínica (oscuridad o deslumbramiento) representa un riesgo silencioso que impacta negativamente la productividad, la salud y, sobre todo, la seguridad del personal. En México, esta preocupación se materializa en la NOM-025-STPS-2008, la cual obliga a establecer condiciones adecuadas de iluminación, transformando el cumplimiento normativo de un mero gasto a una inversión estratégica esencial para el bienestar y la eficiencia operativa.
💡 El Impacto Oculto de la Mala Iluminación en la Productividad y la Salud
La relación entre luz y desempeño laboral es innegable. Cuando los ojos de un trabajador se ven forzados a compensar una mala iluminación (luchando contra sombras, contrastes inadecuados o reflejos molestos), entran en un estado de esfuerzo constante. Este sobreesfuerzo tiene consecuencias inmediatas y acumulativas que van mucho más allá de una simple molestia.
En el ámbito de la salud, el primer síntoma evidente es la fatiga visual, que a menudo se acompaña de dolores de cabeza frecuentes y migrañas. Estos malestares reducen la capacidad de concentración, haciendo que tareas que requieren precisión se vuelvan tediosas y propensas a fallas. Además, la exposición prolongada a una iluminación inadecuada puede contribuir a problemas visuales crónicos.
Desde el punto de vista de la productividad y la calidad, el efecto es igualmente negativo. El cansancio visual y la distracción provocada por el deslumbramiento o la oscuridad se traducen en un aumento drástico en errores en la manipulación de materiales, la lectura de instrumentos, el montaje de piezas o la operación de controles. Esto se materializa en una baja calidad de trabajo, la necesidad de reprocesos, y, en última instancia, una caída en la eficiencia general de la empresa.
🚧 Iluminación Deficiente: Un Riesgo Real de Accidente Laboral
La iluminación deficiente representa un factor de riesgo significativo y multifacético en el lugar de trabajo, siendo la principal causa de accidentes por tropiezos, golpes y caídas. Una visibilidad inadecuada impide a los trabajadores detectar obstáculos comunes como cables sueltos, derrames de líquidos, desniveles en el piso o materiales mal apilados, haciendo que zonas como escaleras, pasillos y bodegas sean particularmente peligrosas. Más allá de los accidentes por caídas, la falta de luz clara y precisa en entornos industriales puede ser catastrófica: incrementa la dificultad para operar maquinaria de forma segura al no poder distinguir indicadores y controles críticos, y eleva el riesgo de lesiones por el uso de herramientas en tareas que requieren exactitud, como corte o soldadura. Adicionalmente, una mala iluminación obstaculiza las respuestas efectivas durante emergencias, ya que la oscuridad o el deslumbramiento dificultan la rápida localización de rutas de evacuación o equipos de primeros auxilios.
Para contrarrestar esta amenaza, es indispensable que las empresas adhieran a los estándares establecidos por normativas como la NOM-025-STPS. Esta regulación obliga a establecer y mantener los niveles de iluminación específicos necesarios para cada tipo de tarea y área de trabajo, desde almacenes hasta talleres de alta precisión. Cumplir con estos requisitos no solo previene los accidentes directos causados por la baja visibilidad, sino que también garantiza que la luz cumpla su función esencial de apoyar la ejecución segura y precisa de todas las actividades laborales, minimizando así la probabilidad de que la falta de claridad se convierta en un factor de peligro para la integridad del personal y la continuidad de las operaciones.
🛡️ Detén la Negligencia con la NOM-025-STPS: La Solución es la Capacitación
La solución a este problema no es simplemente cambiar unas cuantas bombillas, sino implementar un sistema de gestión de la iluminación basado en la normativa mexicana. La NOM-025-STPS no solo dicta cuánta luz debe haber (niveles de iluminancia), sino también cómo debe distribuirse (uniformidad) y controlarse (prevención de deslumbramiento) para garantizar la salud visual y la seguridad en el trabajo.
La clave para el cumplimiento y la prevención efectiva reside en el conocimiento práctico y legal de tu equipo. ¿De qué sirve tener un plan de seguridad si tu personal no sabe identificar un nivel de iluminancia peligroso o reportar un foco que causa deslumbramiento? Tu equipo necesita estar preparado para:
· Identificar zonas de riesgo por baja o mala iluminación.
· Entender los luxómetros (equipos de medición) y sus lecturas básicas.
· Conocer los requisitos legales que aplican a sus áreas de trabajo.
· Aplicar medidas correctivas básicas y reportar fallas de manera eficiente.
Conclusión
La iluminación adecuada es una inversión mínima con un retorno masivo en términos de cero accidentes, mejora de la calidad y optimización de la salud de tus colaboradores. No esperes a que un error de operación o un accidente grave te obligue a cumplir con la norma. La prevención, en este caso, comienza con la luz correcta y el conocimiento preciso. Tu equipo necesita estar preparado. Asegura el conocimiento práctico y legal para mantener tus áreas seguras y productivas.
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